Es la primera vez en 44 años que Lucas Calisaya (76), pequeño productor de Cuatro Cañadas, piensa en abandonar sus tierras. Se siente impotente. El agua ingresó con fuerza y le arrebató sus sueños. Es consciente de que está en la tercera edad, pero aun cuando su cuerpo no responda, la frustración de ver sus cultivos bajo el agua lo motiva a buscar otro destino.
A inicios de junio, la población ubicada al Este de Santa Cruz de la Sierra, soportó una torrencial lluvia que inundó la Cañada y dejó miles de hectáreas perdidas.
Calisaya llegó a Cuatro Cañadas en 1979. “Hemos refundado este pueblo en 1986. Desde ese entonces, yo vivo aquí”, dijo. Al igual que otros agricultores asegura: “nunca habíamos sufrido por inundaciones en invierno”, explicó.
Las penurias no terminan ahí. Para los siguientes meses los meteorólogos prevén una fuerte sequía por el fenómeno climático El Niño. Calisaya señala que “con eso ya estarán acabados”, indica.
La esposa de Lucas, Margarita Tolava (76) también trabaja en el campo. “Queremos irnos a otra parte, porque ni una tonelada de granos pudimos cosechar en La Brecha. Lloré mucho y me enfermé. Ahora no puedo caminar”, lamenta.
Y como si el destino se ensañara con ellos. Al disminuir el agua, ingresaron enfermedades al girasol y el trigo, mientras el sorgo sigue enterrado. Se le preguntó: ¿esto ocurrió porque creció la frontera agrícola sin dejar las cortinas rompeviento?, pero Carreño dice que no, que la inundación “ha vuelto” después de 30 años.
Ya en la comunidad 26 de Agosto, la productora Elena Apaza (65), recuerda ver cómo murieron patos y gallinas cuando el agua ingresó al patio de su casa. “Llovió fuerte, como nunca. Queremos pedir ayuda a la Gobernación o la Alcaldía. Mi esposo y mis nietitos están enfermos. Yo quisiera que nos tomen en cuenta a los pequeños productores” sostuvo.
Dice que todo el trigo que sembró se ha perdido por las inundaciones y lo poco que quedó de otros cultivos está con enfermedades.
Otro de los agricultores afectados es Genaro Carreño que fue alcalde en Cuatro Cañadas. Explica que la lluvia caída en invierno alcanzó los 300 milímetros, rebalsando todos los chacos y las cañadas. Tumbado en un sillón afuera de su casa y la mirada perdida en su campo, afirma resignado: “Bueno, contra el clima no se puede hacer nada. Estuvimos bajo el agua todo el año”.
Sin embargo, Bangladesh logró encontrar una solución a las constantes inundaciones. Es un territorio por el que atraviesan más de 300 ríos, esto lo convierte en uno de los países más vulnerables ante los desastres naturales como inundaciones, tormentas tropicales y ciclones.
Una de las soluciones fue el bombeo de agua subterránea para lograr una mayor producción de alimentos y protección contra inundaciones a partir del riego y otra es la plantación de manglares en toda la extensión costera y en los últimos tres años han logrado plantar cerca de medio millón de árboles en 200 hectáreas.
Opciones que también se logra hacer en Cuatro Cañadas. En la Alcaldía son conscientes de que tienen mucho trabajo que desarrollar para que los productores de la zona tomen conciencia sobre la importancia de crear microclimas.
Pero ¿cómo se crea un microclima? La técnica Yocelin Castro señala que se realiza con las cortinas rompeviento (árboles que se plantan con una distancia determinada) en sus predios. “No decimos que no siembren, si no que puedan hacer cortinas rompeviento, porque los protege a ellos mismos de varios fenómenos climáticos”, explicó.
El municipio firmó un convenio con Fonabosque, entidad del Ministerio de Medio Ambiente para reforestar 140 hectáreas del municipio. Se beneficiarán unas 13 comunidades, y la técnica de la Alcaldía dice que podían ser más las áreas, pero existe poco interés. “Para los productores, mientras más espacio tienen para sembrar, es mejor. Porque tome en cuenta que las cortinas rompeviento, de acuerdo a normativa, son tres filas de árboles, entonces le quitan como nueve metros. Y se niegan a ‘perder’ ese espacio para sembrar”.
Sobre el tema, el agricultor Genaro Carreño dice que ahora son zonas productivas en las que no se puede plantar de un momento a otro porque fumigan con glifosato (herbicida para soya) y matará otras plantas.
FUENTE: El Deber
Sección: Economía
Fecha: 24 de julio de 2023