Omereque aumenta la siembra de tomate, pero los riesgos persisten

El precio del tomate, que hace un par de semanas alcanzó un pico histórico debido a factores climáticos adversos, el contrabando y la reducción de la producción, ha comenzado a bajar. Este fenómeno ha incentivado a los agricultores de Omereque, una de las principales regiones productoras del país, a aumentar considerablemente la siembra del preciado fruto. Sin embargo, la incertidumbre sobre si los precios serán más bajos en el futuro persiste.

 

Joel Herbas, un ingeniero agrónomo y productor de plantines en Omereque, relata el notable incremento en la demanda de tomate. “Tengo más pedido de tomate que de otra cosa, la subida del precio ha estimulado a los agricultores a cultivarlo”, asegura. Herbas explica que a principios de año sembró entre 25 y 30 sobres de semillas, pero ahora esa cifra se ha triplicado, llegando a 90 o 100 sobres. Cada sobre contiene 5 mil semillas, y una hectárea puede producir alrededor de 30 mil kilos de tomate, lo que equivale a una promesa de producción de tres mil toneladas de tomates sólo de su vivero.

No obstante, Herbas advierte que esta inversión no está exenta de riesgos. Las condiciones climáticas son impredecibles y un bajón de temperatura, heladas en junio y julio, o la falta de agua suficiente en agosto y septiembre, podrían mermar hasta el 50 por ciento de la producción. Además, el contrabando sigue siendo un problema significativo, con muchos productores prefiriendo llevar su producto a Argentina para obtener mayores ganancias.

 
 

“El productor está arriesgando: puede que haya un bajón de temperatura, heladas en junio y julio y falta de agua suficiente en agosto y septiembre, y se pierda una parte, hasta el 50 por ciento de la producción, o puede ser que el contrabando crezca. Ésos son los dos factores más importantes que influyen en el precio: el contrabando y el aspecto climático”, señala Herbas.

La escasez de agua es otro desafío crítico. El río Mizque, vital para el riego de los cultivos en el valle de Omereque, lleva casi seco unas dos semanas, lo que obliga a muchos agricultores a recurrir a cisternas para mantener sus plantas. Juanito Arrayaza, un joven agricultor de 25 años, expresa su esperanza de que este año su producción le brinde ganancias, aunque reconoce que a veces apenas recupera la inversión.

La cosecha de los nuevos cultivos de tomate en Omereque comenzará a mediados de septiembre, pero aún es incierto si la oferta resultante logrará estabilizar los precios en los mercados de Cochabamba, La Paz, Sucre y otras ciudades del país. Mientras tanto, los agricultores seguirán enfrentando los desafíos climáticos y económicos que marcan su labor diaria, con la esperanza de que sus esfuerzos sean recompensados.

 

 

 

 

Fuente: Los Tiempos 

Sección: Economía 

Fecha: 18/06/2024

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