Los precios de la carne en Trinidad generaron una crisis que afecto directamente a la población de la capital, diferentes factores llevaron a que el costo de un corte de carne llegue a valer hasta 52 bolivianos el kilo.
Diferentes factores empezaron a provocar una subida vertiginosa en los precios, el costo del kilo gancho que se pagaba en los mataderos, llegó a ser de hasta 25 bolivianos, la escasez de diésel, y de vacas aptas, terminaron por afectar los precios.
Una suerte de controversia entre productores y comercializadores, ahondaron en la crisis. Marco Antonio Gutiérrez, dirigente de la Federación de Ganaderos del Beni (FEGABENI), denunció públicamente que los productores pecuarios no tenían control sobre el precio final de la carne de res que llega al consumidor.
«Los ganaderos somos tomadores de precio», afirmó Gutiérrez. «Cuando nosotros llevamos nuestros animales al matadero, ellos nos ofrecen un valor de acuerdo a la calidad de la carne y nosotros simplemente aceptamos», declaró.
La crisis parecía escalar sin límites, hasta que se tomaron acciones que parecen haber frenado esta situación
La alcaldía actuó cono mano dura
El burgomaestre de la ciudad, Cristian Cámara, organizó mesas de trabajo el pasado mes de octubre, para que los diferentes sectores lleguen a un acuerdo que defina el costo. En aquellas mesas técnicas, se definió que el precio gancho no podía pasar de 22 bolivianos.
Ante el descontrol sobre este precio, la alcaldía implementó una acción de choque, entregando balanzas a los carniceros y comercializadores, y anunciando sanciones drásticas a los que cobren por demás.
“La intendencia está haciendo tablas del precio justo, todos los años durante la época seca, que sabemos que la sequia ha sido fatal, en esta época, se encarece un poco la carne, tiende a bajar en enero, por ahora nosotros iremos regulando de acuerdo al precio gancho que se pague en matadero, estamos haciendo algunos convenios con algunos mataderos para que provean directamente al matadero municipal, y distribuir a estos friales”, declaró Cámara.
El alcalde aseguró que decomisaron cerca de 50 balanzas de gente que no está cumpliendo con el peso.
“Es triste para nosotros hacerlo, no es un tema personal, sino de protección del bolsillo (…) las balanzas municipales estarán instaladas en cada centro de abasto, donde podrá ir un consumidor, y pesar la carne que hubiera comprado para comprobar si pesa lo que le cobraron, si pesa menos, se clausurará el comercializador por 15 días, inicialmente”, describió el alcalde.