Durante su participación en la feria LUV de Bari, Óscar Salgado, Asesor Técnico Internacional de Proteku, radiografió el mercado global de la uva de mesa aportando una mirada lúcida y desafiante. Con un tono claro y directo, analizó las tendencias actuales, los desafíos emergentes y las oportunidades para productores, exportadores y comercializadores en un sector muy competitivo. En medio de la cascada de cifras que desgranó, emerge un mensaje clave: la adaptación y la innovación no son una opción, sino una necesidad. “Esto es un juego real de ajedrez. ¿Dónde quieren estar ustedes?”.
El reto de un mercado saturado y competitivo
El panorama que presentó Salgado es como el de un complejo tablero de ajedrez. El mercado global de la uva de mesa ha evolucionado significativamente en los últimos años. Salgado destacó que, en países como Estados Unidos, con unos 4,6 kg de consumo de uva de mesa per cápita, las importaciones representan un 63% del consumo total, siendo California el principal productor local con solo un 37% del total.
En Europa, el consumo per cápita alcanza los 6 kg, pero el crecimiento enfrenta barreras como la saturación y una competencia cada vez más feroz, especialmente desde países emergentes como India, Egipto y Uzbekistán. Estos países, que históricamente han priorizado su consumo interno, están transformándose en exportadores clave gracias a cambios en las políticas de comercio y tipos de cambio favorables.
India, por ejemplo, exporta solo el 9% de su producción, pero con su clima tropical y variedades nuevas, se perfila como un competidor directo de Chile y Perú en la temporada invernal. Egipto, con una logística eficiente y precios competitivos, está ganando terreno en Europa, desafiando incluso a productores tradicionales como Italia y España. Uzbekistán, que prácticamente no exportaba, está enfocado en abastecer al mercado ruso. Y, por otro lado, Turquía, que produce en una ventana similar a la de España e Italia (tal vez un poco más tarde), “va a ser un competidor. Vemos cada vez más uva turca en Alemania”, aseguró Óscar Salgado.
Mención aparte merecen los precios. «Ya no llega uva americana blanca a Inglaterra. Sin embargo, los precios de esta fruta son prácticamente los mismos en 1985 que en 2023. Y ese es el mercado al cual estamos sometidos todos», dijo mostrando una diapositiva muy elocuente: una oferta en Sainsbury’s en 1985 con uva blanca a 1,75 £/lb frente a precios de entre 1,5-1,75£/lb en 2022/23.
Ventanas de producción y nuevas dinámicas
Uno de los puntos más preocupantes es el “cierre progresivo de las ventanas de producción”. “China está dejando de importar y se está consolidando como un productor y un importante exportador”, capaz de abastecer mercados durante los 12 meses del año gracias a una combinación de uva fresca y “de guarda”. Brasil y Australia también han desarrollado estrategias para mantener una oferta constante, mientras que México ha extendido sus cosechas en zonas tropicales para competir con Chile y Perú.
En este escenario, la diferenciación se vuelve crucial. Según Salgado, “no es la especie más fuerte la que sobrevive, ni necesariamente la más inteligente, sino la que se adapta y aprende a innovar”.
Innovación y ‘coopetition’: claves de futuro
El experto subrayó que la innovación no se limita a las técnicas agrícolas, sino que abarca también la logística y la cooperación internacional. Iniciativas como la colaboración entre asociaciones de productores de Perú, Chile y Sudáfrica permiten compartir estadísticas y tomar decisiones informadas sobre producción y comercialización. Este enfoque de «co-petition» (cooperar y competir) es esencial para enfrentar retos como la incertidumbre climática y las demandas de los consumidores.
Además, Salgado destacó la necesidad de una organización robusta en Europa, similar a las asociaciones nacionales de países como Sudáfrica o Australia. Estas entidades no solo unifican la voz del sector, sino que también facilitan la promoción global del producto, como ocurre con los aguacates o mangos en mercados internacionales, dijo en referencia a organizaciones como la World Avocado Organisation (WAO).
Sostenibilidad y calidad, imprescindibles
En un mercado cada vez más exigente, garantizar calidad y sostenibilidad ya no es un valor añadido, sino un requisito indispensable. Salgado instó a los productores a mirar más allá de los márgenes de ganancia a corto plazo y a centrarse en la mejora continua, aprovechando tecnologías innovadoras para enfrentar la “incertidumbre climática” y optimizar procesos de cultivo. «Algo malo pasa con el clima y la manera de poder enfrentarla es con genética y tecnología (…) La uva de mesa se va a transformar en un commodity de 52 semanas. Eso es lo que quieren nuestros clientes. Estamos frente a un proceso de consolidación y concentración», afirmó.
La promoción dirigida a las nuevas generaciones es otro eje estratégico. Los niños de hoy «son los consumidores del futuro», y es vital posicionar la uva como una opción saludable y atractiva desde una edad temprana.
Oportunidades
Los movimientos de los grandes productores y exportadores obligan a los actores tradicionales a repensar sus estrategias. Las variedades locales y los mercados nicho, como las uvas Vittoria o Red Globe, siguen teniendo cabida, pero el sector en general se mueve hacia la consolidación y concentración de la producción. Un ejemplo claro de ello es Sudáfrica: «A finales de los ’90 en la zona más tardía había más de 700 productores. Hoy, en total, con más uva, hay menos de 350. Eso se llama concentración y consolidación de la producción”.
El futuro del mercado global de la uva de mesa es desafiante, pero está lleno de oportunidades para quienes sepan adaptarse. Innovación, cooperación y sostenibilidad son los pilares sobre los cuales se puede construir un modelo competitivo. Como bien señaló Salgado, «la pregunta no es si sobreviviremos, sino cómo queremos hacerlo: ¿liderando el cambio o reaccionando tarde a él?». La respuesta, según el experto, está en manos del propio sector.
Fuente: fruittoday.com
Sección: Frutas
Fecha: 10/12/2024