Pedro Pellegrino, presidente de la Asociación Agrosemilla, advirtió este lunes en conferencia de prensa que el sector agrícola enfrenta serias dificultades debido a la escasez de combustible, los efectos del cambio climático y el creciente contrabando de semillas, lo cual pone en riesgo la competitividad del país en mercados internacionales.
Pellegrino destacó que el uso de semillas certificadas es clave para asegurar una producción eficiente y de calidad. Sin embargo, alertó que actualmente sólo un 15% de la soya y el maíz cultivados utilizan este tipo de semillas, mientras que el resto proviene de fuentes de dudosa procedencia, muchas veces introducidas ilegalmente al país.
“El contrabando ha incrementado significativamente. Semillas etiquetadas como ‘grano’ ingresan al país y evaden controles, afectando al productor formal que cumple con todos los requisitos”, denunció. Agregó que esta situación se ve agravada por la falta de control en las trancas y la emisión de guías de transporte sin verificación efectiva por parte del SENASAG.
Otro punto crítico es la escasez de diésel, que dificulta el transporte de la producción a los puertos de exportación. “La producción está, pero no hay combustible para mover el camión o el tractor. Esto genera incumplimientos en los envíos y daña la imagen del país ante los mercados internacionales”, afirmó.
Pellegrino también mencionó los impactos del cambio climático: “El año pasado fue sequía, este año exceso de lluvias. Hay cultivos que no se pudieron cosechar y se perdieron en el campo”. Frente a estas variaciones extremas, recomendó a los agricultores replantear el calendario de siembra y adaptarse a las nuevas condiciones climáticas.
Respecto al diálogo con el Gobierno, señaló que hace tres semanas se reunieron con el Ministro de Desarrollo Rural para exponer los problemas del sector. Aunque se anunciaron medidas para frenar el contrabando, aún se espera una respuesta efectiva.
Finalmente, el titular de Agrosemilla llamó a una reorganización de la producción, especialmente ante la apertura de nuevos mercados como China y el interés de países vecinos por el sorgo boliviano. “El agricultor debe tener la seguridad de que su producto será comercializado”, concluyó.
Fuente: MONTERO NOTICIAS