Los precios no conforman, pero los rendimientos permitirán un margen interesante para los productores. También es récord la cosecha de arroz.
Ya con las tareas de cosecha culminadas las estimaciones preliminares de los técnicos y productores apuntan a que Uruguay tuvo este año una cosecha de soja que superó los 4 millones de toneladas, un máximo histórico según los registros estadísticos oficiales.
Con un área cercana a 1,3 millones de hectáreas y un rendimiento promedio de al menos 3,3 toneladas por hectárea, el volumen producido no tiene antecedentes. Este desempeño se explica por las buenas condiciones climáticas que hubo este año -a pesar de una corta sequía entre fines de diciembre y principios de enero.
Pero tal vez lo más importante es el impacto de las mejoras genéticas y de manejo que se han dado en los últimos años en el cultivo. La soja basó su crecimiento de las últimas décadas en la región en la introducción de la resistencia al herbicida glifosato, pero sobre eso se agregaron permanentes innovaciones, con nuevos transgénicos y agroquímicos, y materiales genéticos con cada vez mejor adaptación a los sistemas productivos.
Esta zafra los precios no han sido los esperados por los productores. Aspiraban a valores más cercanos a los 400 U$S/ton, pero la mayor parte de los negocios se han hecho por debajo de los 360 U$S/ton. En estos últimos días el mercado internacional tuvo cierta mejora, pero sin cambios sustanciales. Las expectativas -no cumplidas- de precios mejores demoraron la fijación de precios y ventas, lo que demoró bastante la concreción de los embarques. Se espera que a partir de este mes de junio se acumulen los embarques, que seguirán hasta bien entrado noviembre tanto desde el puerto de Nueva Palmira como desde el Puerto de Montevideo, que con un mayor calado en el canal de acceso está cargando los buques graneleros con volúmenes más cercanos a su capacidad completa.
Más allá de los vaivenes de mercado, la comercialización de soja en Uruguay toma como referencia el precio internacional de Chicago, sobre el que se aplican los descuentos correspondientes (primas) por las diferencias de los costos regionales (fletes, etc.). Las exportaciones graneleras del Uruguay no tienen detracciones como si se aplican en la República Argentina.
El arroz también está en niveles récord
El cultivo de soja es el principal en área y en volumen, pero esta zafra de verano también está mostrando récords de producción en otros cultivos, caso del maíz -que se consume en su totalidad fronteras adentro, por la demanda de la ganadería, la lechería y la agricultura- y también del arroz. Este grano se planta particularmente en las planicies del Este uruguayo y en el norte, y se hace 100% bajo riego. Este año los rendimientos se acercaron a los récords históricos, estimándose unas 9,4 toneladas por hectárea. A su vez, el área aumentó luego de los muy buenos precios del año pasado, por lo que la combinación de alto rinde con mayor área llevó la producción a 1,7 millones de toneladas, un récord histórico para este cereal.
Los precios del arroz para esta nueva zafra no son los de la anterior, que fueron excepcionalmente altos por la retirada de India del mercado internacional de granos, país que habrá vuelto a exportar con la consecuente caída de los valores.
La comercialización del arroz en Uruguay tiene la particularidad de que la mayor parte del volumen cosechado se negocia a través del denominado Precio Convenio entre la Asociación de Cultivadores de Arroz y la Gremial de Molinos Arroceros. Este mecanismo promedia el precio de todas las ventas al exterior de la zafra, realizadas por los molinos, y establece el mismo precio promedio para todos los productores que se adhieren al mecanismo. El año pasado el Precio Convenio definitivo llegó a un récord de 17,05 U$S/bolsa de 50 kg. En los próximos días se definirá el precio provisorio para este año.
En los últimos años ha aumentado el número de productores que optan vender por fuera de este sistema, en particular vendiendo arroz sin procesar (con cáscara). En el sector arrocero el objetivo es exportar con el mayor valor agregado y que todo el arroz se venda blanco pulido, con la calidad reconocida que tiene este producto uruguayo en el mundo. Pero los costos locales para los molinos (energía, mano de obra) dificultan ese objetivo. Además, muchos países compradores -caso de la Unión Europea– ponen aranceles mucho más altos para el arroz elaborado (pulido blanco) y menores para el arroz cáscara o el cargo (sin cáscara, pero sin pulir). Es un mecanismo arancelario para proteger a la industria local en el viejo continente. Esquemas similares hay en otros países compradores.
Fuente: ámbito