Las máquinas agrícolas acompañan el tiempo de revancha que vive el girasol en el mercado argentino.
En el último ciclo agrícola, la oleaginosa tuvo un incremento en el área implantada y llegó a lugares que antes no ocupaba, como el sudeste cordobés.
Para la campaña 2025/26 se pronostica otra suba en el área de siembra por las buenas perspectivas climáticas, de precios y márgenes.
Por su parte, las empresas semilleras renuevan su propuesta con nuevos híbridos que se están lanzando.
En expansión
Según datos oficiales, en el ciclo 2024/25 se implantaron unos 2 millones de hectáreas, con una producción final de 5 millones de toneladas.
Así se marcó un aumento de +28% con respecto a la campaña anterior.
Para este año, estimaciones privadas preliminares prevén un incremento de área del orden del 12%, lo que llevaría la superficie a 2,5 millones de hectáreas, la más alta de los últimos 10 años.
Asimismo, la oferta genética, además de aumentar en cantidad de híbridos, propone mejoras en atributos destacados, como el rendimiento en aceite, por ejemplo.
Mundo
Por su parte, el mercado mundial de aceites presenta señales positivas para el girasol, con condimentos alcistas para los precios.
Según Carlos Poullier, de la consultora agropecuaria AZ Group, la relación de oferta y demanda global tiende a ajustarse.
Esto se debe a que el consumo crece más rápido que la producción.
A su vez, el conflicto entre Rusia y Ucrania genera incertidumbre sobre la salida de girasol y sus derivados desde esa región.
En este contexto de tensión global y ajuste en la oferta, el girasol argentino gana competitividad y atractivo en los mercados internacionales.