Bolivia aislada de la integración regional y a nivel internacional de la comercial

Brasil, Paraguay, Argentina y Chile avanzan en su integración para unir el Atlántico y el Pacífico, mediante carreteras y gasoductos, y en el plano internacional cuentan con una variedad de tratados de libre comercio para sus productos; sin embargo, Bolivia queda fuera del proyecto regional y también del comercio mundial, por falta de visión del Gobierno actual y su modelo agotado.

Según una información de Infobae, Chile presentó la semana pasada el plan de obras de infraestructura del llamado Corredor Bioceánico Vial, una carretera que busca unir el norte del país con Paraguay, Argentina y Brasil para configurar una nueva ruta comercial entre el Atlántico y el Asia-Pacífico.

El proyecto está en carpeta desde hace una década y es considerado una de las obras de infraestructura más importantes de América Latina, con una extensión de 2.400 km.

El trazado conecta los puertos del sur de Brasil con los del norte de Chile, atravesando Mato Grosso do Sul, el chaco paraguayo, las provincias argentinas de Salta y Jujuy, según la descripción del proyecto, detalla.

Inestabilidad política
El gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez Álvarez, lamentó que la inestabilidad política, la falta de seguridad jurídica y la ausencia de políticas de Estado, alejen el rol que debe jugar Bolivia en la región, un articulador de la economía regional.

“(…) la inestabilidad política, por una parte; la debilidad institucional que lleva al incumplimiento de las leyes y la falta de seguridad por el mal funcionamiento del sistema judicial, por otra; finalmente, la ausencia de políticas de Estado en el país, han determinado que Bolivia, en vez de ser un eje articulador, un país bisagra o un país de contactos, pase a convertirse en un país tapón”, reflexionó.

La razón obedece, principalmente, por los insufribles bloqueos que de un tiempo a esta parte determinan que sea la ley del más fuerte la que se imponga por encima de los derechos ciudadanos, proyectando una pésima imagen de Bolivia en el exterior, llevándonos a pasar de ser una posible solución, hacer más bien un problema a la hora de hablar de integración física, señaló Rodríguez.

Alternativas
Por su parte, el analista económico Darío Monasterio recuerda que se barajan alternativas de corredores bioceánicos al sur y al norte, pero Bolivia sería la alternativa más viable por su ubicación y la línea recta que presenta para el transporte de carga entre el puerto de Santos (Brasil) y Chancay (Perú).

“Inevitablemente, la geografía nos benefició. Sin embargo, el país no es atractivo para las inversiones y para que la carga de mercadería pase por territorio nacional, debido a que el Gobierno no da señales claras a los inversionistas y a sus futuros socios”, dijo.

Informó que la Gobernación de Santa Cruz estaba trabajando para impulsar el corredor mediante el tema de concesiones, pero el período de transición de Gobierno no permite avanzar y se espera que la nueva administración del Estado envié señales claras a la región, además, se incline por utilizar el camino natural que posee Bolivia entre puertos del Atlántico y el Pacífico.

Inversiones
El mundo de las inversiones no para y se buscan alternativas, pero todavía queda mucho tiempo por desarrollar los proyectos. En el caso del corredor del Sur, en donde participan Brasil, Paraguay, Argentina y Chile, tienen que superar la Cordillera; en el caso del proyecto del Norte, la Selva Amazónica y los territorios indígenas están en juego.

Pero eso no significa que demore la ejecución de los proyectos, indicó a tiempo de señalar que Bolivia está cometiendo errores en la ejecución de planes para atraer inversiones, y uno de ellos, es la falta de seguridad jurídica para las inversiones privadas y las cargas del comercio mundial.

“Damos señales claras y (aseguramos que) no habrán bloqueos y otro tipo de dificultades”, la situación podría cambiar.

Mientras tanto, Rodríguez reflexiona al indicar que Bolivia parece ser la excepción que confirma la regla. “Desde hace siglos se sabe que la menor distancia entre dos puntos es la línea recta, eso se enseña en el colegio, en la materia de geometría. De ser así, Bolivia estaba llamada a jugar un rol preponderante como país articulador del tránsito de productos y personas, entre los puertos del Pacífico y el Atlántico”, explicó.

Asimismo, señaló que de nada sirve tener un gran potencial en materia de recursos, si el mismo no está conectado con potenciales mercados.

“De tal suerte que, es verdaderamente lamentable que nos estén haciendo ‘bypass’ para evitar que nuestros problemas internos afecten a los planes de desarrollo de otros países que colindan con nosotros, por el lado del Pacífico y el Atlántico. Es cierto que esta situación se puede revertir, siempre y cuando cambie dramáticamente la forma de ver y hacer las cosas en Bolivia”, apuntó.

Tratados
Por otra parte, en cuanto a los tratados de libre comercio (TLC), es de lamentar también que a diferencia de lo que otros países han hecho para integrarse con el mundo, principalmente con economías más desarrolladas como la Unión Europea, Estados Unidos, China, Corea del Sur, etc. Bolivia, más bien, se ha aislado del mundo, al no haber negociado un solo acuerdo trascendente en los últimos 20 años, lamentó Rodríguez.

El entrevistado advirtió que Bolivia ha perdido la posibilidad, no solo de abrir gigantescos mercados para nuevas exportaciones y a través de ello diversificar el riesgo de depender de unas pocas plazas en el exterior, sino también, ha tirado por la borda la posibilidad de captar ingentes cantidades de capital extranjero y tecnología de punta para activar el enorme potencial dormido que tiene en el sector hidrocarburífero, minero, tanto tradicional como no tradicional.

La no apertura de la economía boliviana a través de acuerdos de libre comercio, frenó la explotación de recursos renovables, también redujo la posibilidad de desarrollar el sector de servicios, como el de turismo, comunicaciones, finanzas, puertos fluviales y aeropuertos, logística y transporte, ferroviario y carretero, etc., enunció.

Entretanto, Monasterio sostiene que las medidas anunciadas por el presidente de Estados Unidos Donald Trump, de imponer aranceles a China por encima del 100% y a otros países un porcentaje de 10%, es una oportunidad para buscar otros mercados internacionales.

“(…) es una oportunidad para buscar mercados, pero el Gobierno no tiene la intención, con sus acciones de cumplir con el mercado interno, con el abastecimiento de productos y luego recién liberar”, señaló a tiempo de indicar que en vez de abrir el mercado extranjero, las actual administración pone trabas.

“No sólo son trabas cuantitativas si no también cualitativas”, apuntó Monasterio al explicar que las medidas aplicadas por las autoridades sólo ahuyentan las inversiones privadas.

También la falta de visión sobre acuerdos de libre mercado, obedece a una falta de una política para captar nuevos socios comerciales a nivel internacional, mediante negociaciones netamente técnicas, llevada por profesionales.

Planteó que las embajadas sean apolíticas, ya que el servicio exterior debería encargarse de negociar tratados, acuerdos comerciales, a través de profesionales institucionalizados y si no se lo hace de esta manera perdemos mercados para nuestros productos.

“La guerra comercial entre Estados Unidos y China puede ser una oportunidad para Bolivia”, reiteró.

Más allá de la integración vial
Bolivia, Paraguay y Argentina, no sólo buscan un corredor bioceánico, sino que también la integración energética mediante la firma del primer Memorando de Entendimiento (MOU) para el desarrollo del Gasoducto Bioceánico, en febrero pasado.

El acuerdo fue suscrito durante el Sexto Foro de los Gobiernos Subnacionales del Corredor Bioceánico, celebrado en Campo Grande, Mato Grosso do Sul.

El proyecto, impulsado desde el Viceministerio de Minas y Energía del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) en conjunto con el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) de Paraguay, permitirá la exportación de gas natural desde la formación geológica de Vaca Muerta (Argentina) hasta Brasil, atravesando territorio paraguayo y consolidando un corredor energético estratégico para la región.

“Entre los beneficios previstos de esa iniciativa destacan la diversificación de la matriz energética brasileña, la reducción de la dependencia del gas boliviano, el impulso al crecimiento industrial en Paraguay y Mato Grosso do Sul, el fomento de inversiones en infraestructura, la generación de empleo y desarrollo económico, y la reducción de costos logísticos”, señala su página web. 

Finalmente, como se recordará la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) tenía la misión de coordinar acciones intergubernamentales de los doce países suramericanos, con el objetivo de construir una agenda común para impulsar proyectos de integración de infraestructura de transportes.

En ese contexto, para Bolivia estaba el proyecto de la integración este oeste, a través el Corredor Ferroviario Bioceánico de Integración, para unir Brasil, Chile y Perú, de acuerdo a la entidad, publicada en su página web. El presupuesto destinado alcanzaba los 7.000 millones de dólares.

 

Fuente: El Diario 

Sección: Economía 

Fecha: 21/04/2025

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