Brasil y la República Popular China (RPC) están explorando una nueva iniciativa de colaboración, denominada “Soy China”, cuyo objetivo es crear una cadena de suministro de soja especializada, diseñada específicamente para cumplir con los estándares chinos de sostenibilidad y calidad. Inspirada en el exitoso modelo de certificación de carne de res “Boi China”, esta nueva iniciativa podría fortalecer el dominio de Brasil en el mercado mundial de soja, compitiendo directamente con las exportaciones estadounidenses.
¿Qué es la iniciativa “Soy China”?
El proyecto “Soy China” busca establecer un sistema exclusivo de producción de soja alineado con los criterios ambientales, sociales y de trazabilidad exigidos por China. Este modelo está diseñado para garantizar que la soja exportada a la RPC cumpla con estrictos parámetros de sostenibilidad, similares a los del Reglamento sobre Deforestación de la Unión Europea (EUDR), aunque probablemente con políticas menos rigurosas. La iniciativa se basa en gran medida en el precedente establecido por “Boi China”, una certificación brasileña para la carne de res lanzada en 2019 que cumple con las rigurosas normas sanitarias y de calidad chinas.
Estándares de Sostenibilidad y Producción
Bajo el nuevo marco “Soy China”, los productores de soja deberán monitorear y controlar la expansión de la tierra, alinearse con las políticas agrícolas bajas en carbono de Brasil (como el Plan ABC+) y reportar datos de emisiones. La iniciativa también podría promover un mayor uso de energías renovables en toda la cadena de suministro y restringir ciertos pesticidas permitidos a nivel nacional pero prohibidos en los principales países competidores, garantizando así el cumplimiento de los Límites Máximos de Residuos (LMR) de China, según un comunicado de prensa.
Implicaciones para el Comercio Mundial de Soja
China importó el 71% de su soja de Brasil en 2024, convirtiéndose en el principal proveedor. Si Brasil desarrolla variedades de soja y procesos de producción adaptados exclusivamente a los estándares chinos, se espera que su participación de mercado aumente aún más, reduciendo las importaciones de soja de China de otros proveedores clave como Estados Unidos, Argentina, Uruguay y Canadá. Si bien la logística geográfica hace poco probable que los proveedores asiáticos de soja se vean gravemente afectados, los agricultores brasileños que no cumplan con los nuevos estándares corren el riesgo de perder acceso al mercado, ya que China sigue siendo el mayor cliente de soja de Brasil.
Impacto Estratégico y Económico
La iniciativa “Soy China” refleja la estrategia de Brasil para profundizar los lazos comerciales agrícolas con China, institucionalizando potencialmente una línea de producción segmentada dedicada exclusivamente al mercado chino. Este enfoque también podría fortalecer la influencia china en el sector agrícola brasileño, dentro de las leyes vigentes en el país sobre propiedad extranjera de tierras.
Para los exportadores estadounidenses de soja, este cambio plantea importantes desafíos. Las exportaciones estadounidenses de soja a China han disminuido de forma constante desde 2009, con Brasil acaparando gran parte de ese mercado. En 2024, Estados Unidos envió más de 25 millones de toneladas métricas de soja a China, valoradas en más de 12 000 millones de dólares. La introducción de “Soy China” podría acelerar esta tendencia, obligando a los productores estadounidenses a replantear sus estrategias de exportación en medio del aumento de las tensiones comerciales y los aranceles.
Beneficios Ambientales y Agrícolas para Brasil
La iniciativa podría aportar importantes beneficios a la economía y el medio ambiente de Brasil. Se espera que las inversiones previstas de China apoyen la recuperación de tierras degradadas, promuevan prácticas agrícolas sostenibles y mejoren la reputación ambiental de Brasil. El programa también podría fortalecer iniciativas existentes como la “Moratoria de la Soja”, que refuerza los límites a la deforestación al restringir la expansión de la soja a zonas ya degradadas.
Sin embargo, la transición a este nuevo sistema de producción podría incrementar los costos para los agricultores brasileños debido a la adopción de nuevos métodos de cultivo y requisitos de sostenibilidad más estrictos.
Mirando Hacia el Futuro
La transición de “Soy China” del concepto a la realidad señala un cambio importante en la dinámica del comercio mundial de soja. Brasil se consolidará como el principal proveedor del mayor importador de soja del mundo, a la vez que impulsa prácticas agrícolas sostenibles. Mientras tanto, Estados Unidos y otros exportadores podrían tener que adaptarse a este mercado en constante evolución.
Fuente: SeedWorld