La alianza de la soja entre Xi Jinping y Lula da Silva

El presidente de Brasil viaja a China para estrechar lazos comerciales y políticos con el gigante asiático

El presidente brasileño Lula da Silva y el chino Xi Jinping coincidieron el pasado viernes en la Plaza Roja de Moscú, arropando a Vladimir Putin durante el desfile del Día de la Victoria para conmemorar el 80º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Ahora, ambos líderes se volverán a encontrar, esta vez en Pekín, para una visita de Estado del brasileño que además sirve como aperitivo a una importante cumbre en la capital china que arrancará el martes entre varios países de América Latina y la superpotencia asiática.

Lula (79 años) aterrizó el sábado por la noche en Pekín con el propósito de estrechar más aún los lazos comerciales y diplomáticos con su colega Xi (71 años), con quien ya cerró decenas de ambiciosos acuerdos de cooperación cuando el chino estuvo en noviembre en Brasilia. «Estableceremos nuevas alianzas y firmaremos acuerdos en múltiples áreas», aseguró Lula nada más pisar el país que es el mayor socio comercial de Brasil.

Lula y Xi han compartido en los últimos meses una posición muy crítica frente a la guerra comercial globaldesatada por Donald Trump, incluso han usado los mismos términos («intimidación») para denunciar los aranceles estadounidenses, que han sacudido especialmente a China.

El gigante asiático ahora se está hinchando a comprar soja a Brasil, reduciendo su dependencia a las importaciones de Estados Unidos, que era uno de sus principales proveedores de este producto tan demandado en la cocina local. China, que es el mayor comprador de soja del mundo, levantó hace unos días las restricciones a los envíos de soja brasileña de cinco empresas previamente suspendidas por preocupaciones fitosanitarias.

Para el régimen chino, Brasil es una pieza clave del grupo de aliados del Sur Global que Pekín lleva tiempo tratando de engatusar frente al giro aislacionista de EEUU con Trump en la Casa Blanca. Lula y Xi están al frente de dos de los países que lideran los BRICS, acrónimo de las cinco economías emergentes (China, Brasil, Rusia, India y Sudáfrica), que juntas representan aproximadamente una cuarta parte de la economía mundial y que en los últimos años han abierto las puertas de su agrupación a varios países.

Como guiño importante hacia Brasil, Xi colocó hace un par de años al frente del banco de los BRICS (Nuevo Banco de Desarrollo), con sede en Shanghai, a la ex presidenta brasileña Dilma Rousseff, que se ha referido en alguna ocasión a que esta entidad puede convertirse para las naciones del Sur Global en una alternativa al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional (FMI). Xi y Lula se volverán a encontrar el próximo julio en una cumbre de los BRICS que se celebrará en Río de Janeiro.

Además de Lula, por Pekín desfilarán esta semana otros líderes y altos funcionarios de América Latina y el Caribe, como el colombiano Gustavo Petro y el chileno Gabriel Boric. También llegarán ministros de Exteriores de Argentina, Perú, Venezuela, México o Cuba, quienes tendrán una recepción con el jefe de la diplomacia china, Wang Yi.

«Los países de América Latina y el Caribe han sufrido enormemente las sanciones unilaterales y el acoso hegemónico, afectando severamente su desarrollo económico y el sustento de sus pueblos», manifestó este fin de semana Wang. «Todos estos países son estados soberanos e independientes, no el patio trasero de nadie«.

Fuente: El Mundo (España)

Fecha:12/05/2025

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