Pasó un cuarto de siglo y un mes desde que Milton Castellanos y su equipo sembraron la cepa Tannat, convirtiendo a Milcast Corp SRL y su marca Aranjuez en pioneros de la vinificación de esta variedad en Tarija y Bolivia. El hito fue celebrado por la empresa y reconocido por el Concejo Municipal en un acto realizado el 11 de diciembre en el sitio preciso donde inició una nueva era de la vitivinicultura boliviana: el lote Nº 40 de la finca “El Origen”.

Con presencia de las concejalas, Nushenka Gaite y Raquel Ramos, el concejal, César Mentasti, el presidente del Concejo Municipal, Fernando Castellanos, el secretario de planificación integral, Demetrio Calabi, el presidente de la Federación de Empresarios Privados, René Segovia, invitados, amistades y trabajadores de la prensa, los ejecutivos de Milcast Corp SRL y Vinos Aranjuez recibieron el Certificado de Reconocimiento y Placa Conmemorativa por los 25 años de la primera plantación de la cepa Tannat.

Para Mauricio Hoyos, gerente general de Vinos Aranjuez, la cepa “encontró en Tarija el lugar para desarrollarse virtuosamente y mostrar lo mejor de sí al mundo entero. Tannat transcendió Aranjuez, y ahora es un patrimonio de Tarija y Bolivia con un notable impacto económico, social y cultural”.

Ramón Castellanos, presidente de Milcast Corp SRL, rememoró: “Cuando compramos la finca, solo había unas cuantas hectáreas de alfalfa. Todo esto eran cárcavas”. El empresario reconoció el trabajo de personas como Ernesto Verdún, gerente agrícola, e Iván Bluske, asesor fundamental en la adaptación de la Tannat, natural de climas oceánicos, a la condición mediterránea del valle tarijeño.

El espíritu innovador de Aranjuez

“Por el legado de nuestros padres, hemos tomado desafíos para no seguir haciendo lo mismo. Nos llena de orgullo que ahora hay viñas en Santa Cruz, Samaipata, Cochabamba y los Cintis. Luego de 25 años, Tannat se ha instalado como la cepa bandera de Bolivia”, dijo Castellanos.

El empresario compartió las nuevas apuestas: “Hace 11 años nos fuimos a un lugar que no tiene viñedos y se llama Chaguaya. Tenemos un lugar bellísimo, a 600 metros de la virgencita, donde logramos el singani Insignia con la uva moscatel. También plantamos otras variedades. Una de esas se llama Zinfandel, y hemos hecho un vino que reúne los estándares de calidad y sabor, y muy pronto lo vamos a lanzar”.

Desafíos por delante

“La mejor cepa de Aranjuez es Don Milton Castellanos”, dijo Calabi, quien señaló también los desafíos territoriales de la industria vitivinícola: “Al otro lado del río Santa Ana, se están conformando asentamientos ilegales, y lo propio pasa con la expansión de la ciudad”. El funcionario avisó que trabaja junto a los concejales para que la zona se constituya en patrimonio cultural y material del Municipio y el Departamento.

Mentasti habló de las condiciones comerciales que Bolivia debería dar a los empresarios exportadores, y se enfocó en los “aranceles cero”: “Chile lleva así sus vinos a Europa, y por supuesto que son competitivos contra los vinos extranjeros, mientras en nuestro país se nos ponen varios obstáculos para exportar”.

El presidente del Concejo, Fernando Castellanos, admitió que los bolivianos y tarijeños “no tuvimos la capacidad de invertir bien los recursos del gas, y solo nos dedicamos a gastar. Hoy, la consecuencia es la profunda crisis que está viviendo nuestro país”. Como respuesta, refrendó “la capacidad de reinventarnos” a través del sector productivo y el turismo, y también destacó la visita del presidente del Concours Mondial de Bruxelles, el señor Baudoin Havaux, quien valoró los vinos y singanis bolivianos, y recomendó a los productores tarijeños competir en calidad, que no en cantidad, llegando a los mercados de todo el mundo.

rígenes de la cepa bandera

Nativa de Madiran, en el suroeste francés, la cepa Tannat se caracteriza por tener un alto contenido de taninos, esas sustancias orgánicas que dan al vino su cualidad astringente y antioxidante. Llegó a Sudamérica en el siglo XIX, de la mano de inmigrantes vascos, encontrando en Uruguay unas condiciones climáticas y de suelo que suavizaron su robustez originaria al tiempo que mantenían su carácter distintivo: aromas de frutas negras maduras, especias y notas ahumadas, con un paladar marcado y equilibrado.

Un siglo más tarde, la Tannat ganó popularidad en Bolivia, donde se producen versiones únicas que expresan todas las particularidades del terroir local, y que han dado a nuestro país un sitial destacado en el mundo del vino desde que Aranjuez cosechó la primera medalla Gran Oro en el concurso “Tannat al mundo”, realizado en 2013 en Uruguay.

Hoy, la cepa bandera de Tarija y Bolivia ha reportado un aumento en la producción de las comunidades campesinas, desarrollando conocimientos de viticultura, despertando la demanda de empresas vinícolas e impulsando el enoturismo y la comercialización de productos de alta gama.

Fuente: Ecoa de Tarija

Sección: Economía 

Fecha: 13/12/2024