El Acuerdo UE-Mercosur abre las puertas al libre acceso de frutas y hortalizas, agravando el déficit comercial europeo
El acuerdo establece la eliminación progresiva de los derechos arancelarios ad valorem, que se aplican según el valor de las mercancías importadas, con un cronograma dividido en tres fases:
- Eliminación inmediata: Para los productos con aranceles inferiores al 5%, los derechos desaparecerán desde la entrada en vigor del acuerdo.
- Transición a 4 años: Para productos con aranceles entre el 5,1% y el 10%, la eliminación se llevará a cabo en tramos anuales durante un período de cuatro años.
- Transición a 7 años: Para productos con aranceles superiores al 10,1%, la eliminación se completará en un período de siete años, también en tramos anuales.
Este desarme arancelario facilitará el acceso de las frutas y hortalizas de Mercosur al mercado comunitario, permitiendo una mayor competitividad en precio debido a menores costes de producción en origen. Según FEPEX, estas condiciones podrían desplazar significativamente a las producciones europeas del mercado interno, al no poder competir en igualdad de condiciones.
El acuerdo también agrava un problema estructural en el comercio entre la UE y Mercosur: el desequilibrio comercial. Según datos de Eurostat procesados por FEPEX, en 2023 la UE exportó 181.511 toneladas de frutas y hortalizas frescas a Mercosur, valoradas en 223,6 millones de euros. Por el contrario, las importaciones desde Mercosur ascendieron a 775.023 toneladas, con un valor de 959,6 millones de euros.
“Este déficit comercial, que ya es considerable, se verá profundizado con la entrada en vigor del acuerdo, debilitando aún más la posición de los productores comunitarios”, advierte FEPEX.
Uno de los pocos mecanismos que permanecen inalterados son los precios de entrada, que fijan una cotización mínima por debajo de la cual no se pueden vender productos importados. Sin embargo, FEPEX señala que estos precios se establecieron durante la Ronda de Uruguay en 1994 y, en la actualidad, no representan una protección real frente a las importaciones.
En el caso de los cítricos, los precios de entrada se han eliminado, lo que agrava aún más la vulnerabilidad de este sector, especialmente en regiones productoras como España, Italia y Grecia.
Mientras las importaciones desde Mercosur tendrán un acceso prácticamente libre al mercado comunitario, los productores europeos enfrentan numerosos obstáculos para entrar en los mercados de Mercosur. Actualmente, los países de esta región exigen la negociación de protocolos fitosanitarios para cada tipo de fruta y hortaliza que se quiera exportar. Este requisito supone un trámite burocrático largo y complejo que dificulta el acceso de las producciones comunitarias a estos mercados.
FEPEX advierte que no está claro si este requisito se mantendrá tras la entrada en vigor del acuerdo, pero si lo hace, consolidará una situación de desigualdad entre los productores europeos y los de Mercosur.
El acuerdo representa una amenaza significativa para los agricultores europeos, que ya enfrentan crecientes costes de producción debido a las estrictas regulaciones comunitarias en materia de sostenibilidad, bienestar animal y uso de pesticidas. En contraste, los productos de Mercosur, que no están sujetos a estas mismas normativas, pueden llegar al mercado comunitario con precios más competitivos, pero sin garantizar los mismos estándares de calidad y sostenibilidad.
FEPEX señala que esto contradice las recomendaciones del Diálogo Estratégico sobre el Futuro de la Agricultura de la UE, que subrayaron la importancia de que las importaciones cumplan con los mismos requisitos de seguridad alimentaria y sostenibilidad que los productos europeos.
España, como uno de los principales productores y exportadores de frutas y hortalizas en Europa, será uno de los países más afectados por este acuerdo. Regiones como Andalucía, Valencia, Murcia y Cataluña, donde la agricultura es un pilar económico fundamental, podrían enfrentar una competencia desleal que ponga en riesgo miles de empleos en el sector.
Además, el impacto se extiende más allá de los agricultores. La reducción de la producción agrícola europea podría tener efectos negativos en toda la cadena de suministro, desde la industria agroalimentaria hasta el transporte y la distribución.
Ante este escenario, FEPEX solicita a las autoridades comunitarias y nacionales que adopten medidas para proteger a los agricultores europeos. Estas incluyen:
- Revisión del sistema de precios de entrada para garantizar una protección efectiva del mercado comunitario.
- Exigir reciprocidad en las normativas fitosanitarias y en los estándares de calidad para los productos importados.
- Establecer mecanismos de compensación económica para los sectores más afectados por el acuerdo.
El acuerdo UE-Mercosur, aunque presentado como una oportunidad para reforzar los lazos comerciales entre ambas regiones, plantea serias preocupaciones para el sector agrícola europeo. Mientras que los productores de Mercosur ganarán acceso casi libre al mercado comunitario, los agricultores europeos enfrentan un escenario de competencia desigual que amenaza su sostenibilidad económica y social.
FEPEX y otras organizaciones agrarias europeas seguirán vigilantes y demandarán medidas que aseguren un comercio justo y equilibrado, en beneficio de los agricultores y consumidores europeos.
Fuente: agronewscastillayleon.com
Sección: Articulos
Fecha: 13/12/2024
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