Bolivia y la biotecnología: el camino hacia 12 millones de toneladas de granos

Según datos proporcionados por Jaime Hernández, gerente general de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) mediante el acceso pleno a la biotecnología, la producción agrícola anual podría pasar de 5 a 12 millones de toneladas, garantizando la seguridad alimentaria nacional y permitiendo exportar los excedentes.

 

El dato es reforzado por el presidente de esta institución Fernando Romero, quien constató que la actual campaña de verano 2024-2025 será un periodo de revitalización de los cultivos luego de una campaña de invierno golpeada por factores climáticos, escasez de diésel y restricciones en el acceso a biotecnología. A su vez expresó que, si el Gobierno autoriza, la actual producción preponderantemente soyera podría triplicarse.

 

Concretamente, con el uso de esta herramienta tecnológica, la producción de granos podría alcanzar los 12 millones de toneladas, suficientes para satisfacción plena del mercado interno y las exportaciones.

 

 Además, en los planes de Anapo ahora también se contempla la provisión de soya para la recientemente inaugurada planta de producción de biodiesel en Santa Cruz. Esto confiere al uso de biotecnología como una nueva era en la producción de granos a nivel nacional, todo bajo un enfoque sustentable que capte divisas económicas para levantar la alicaída economía nacional.

 

Solo para graficar, el rubro de la soya, es en importancia, el tercer exportador nacional con 978.000 millones de dólares de ingresos luego de los minerales (4.164 millones de dólares) y los Hidrocarburos (1.554 millones de dólares).

 

La rotación de cultivos con maíz, sorgo y girasol es esencial para abastecer cadenas productivas como la avícola, porcina, lechera y cárnica. Actualmente, 14.000 agricultores siembran soya, el 80% de ellos pequeños productores con menos de 50 hectáreas, generando 120.000 empleos directos e indirectos.

 

Desgraciadamente estas cifras a mejorar palidecen frente a varias adversidades como los altos costos de producción incrementado por la falta de dólares en el país (se habla de un promedio entre el 50 al 60%); falta de diésel oportuno para las labores de siembra y cosecha; restricciones a las exportaciones; inseguridad jurídica plasmada en avasallamientos en predios agroproductivos; altos costos logísticos y el ya manifiesto problema de no acceso a la biotecnología.

 

Fuente: SCA/Periodismo Que Cuenta.

Fecha: 18/02/2025            

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver arriba