A dos semanas de haberse iniciado la mayor cosecha del año en el país, los productores empiezan a desesperarse porque se agudiza la escasez de diésel. No solo se perjudica la cosecha de 1,2 millones de hectáreas de soya, 200.000 hectáreas de maíz y sorgo, 150 mil hectáreas de arroz y cerca de 200 mil hectáreas de caña de azúcar; sino que se pone en riesgo la producción de carne (res, pollo y cerdo), leche, aceite y otros alimentos de la canasta familiar.
Desde la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), indicaron que sus asociados medianos y grandes estuvieron siendo abastecidos con diésel ULS (Bs 6,88/litro) desde noviembre del año pasado, y los pequeños productores a través de las estaciones de servicio de las zonas productivas.
“Pero hace dos semanas que hemos sido paralizados con el abastecimiento de diésel, principalmente de quienes compran de forma directa de YPFB. Recién el día de hoy (viernes) han comenzado a entregarnos diésel ULS, pero ya estamos con un desfase en la entrega del carburante que está generando dificultades en los productores”, indicó Jaime Hernández, gerente de Anapo.
A raíz de esa situación, según un sondeo en algunos sectores, se evidenció que muchos productores están acudiendo a los revendedores de combustible y pagan entre Bs 7 y Bs 10 por litro de diésel oil, que tiene el precio oficial de Bs 3,72.
“Es evidente que comprar diésel a un precio más elevado ya sea del diésel ULS o del diésel en el mercado negro, que principalmente están comprando los pequeños productores, significa un aumento en los costos de producción”, resaltó Hernández, al mencionar que se estima obtener una producción de 2,5 millones de toneladas de grano de soya y unas 600 mil toneladas de granos de maíz y sorgo. Los productores ven riesgos para esas proyecciones.
Agregó que YPFB les informó que “ya están solucionando los problemas que tuvieron”, pero cada día que pasa es crítico para todos los productores. El volumen necesario es de, al menos 40 millones de litros de entrega directa a pequeños, medianos y grandes productores.
Productores
El dirigente soyero del Norte Integrado de Santa Cruz, Eliazer Arellano, mencionó que en la zona de Chané, los revendedores comercializan el litro de diésel desde Bs 7 a a Bs 10 y que desde hace una semana están formadas las filas en los surtidores a la espera del combustible que, de acuerdo a normas, solo se puede vender un volumen de 200 litros por productor.
“Yo nomás necesito 5.000 litros para un mes. Ahorita tengo un poco de diésel porque me ‘agarré’ de la anterior cola, pero mis amigos están comprando de los revendedores. La verdad ya pues da rabia (la situación), la gente no dice nada y aquí cada uno salva su pellejo”, señaló Arellano.
El presidente de la Asociación de Porcinocultores de Santa Cruz (Adepor), Jorge Méndez, subrayó que la falta de diésel afecta principalmente al transporte de animales a los centros de consumo y a la provisión de insumos y alimentos como soya y maíz.
“Nosotros vendemos los cerdos en la puerta de la granja, a 20 bolivianos por kilo y, cuando nos llaman y dicen que no van a poder venir por falta de diésel, los animales crecen de peso. Nosotros deberíamos vender cerdos de 100 kilos, es el peso ideal, pero estamos vendiendo de 120, 125 kilos y ya no nos quieren pagar el mismo precio, porque 20 kilos aumentan fácilmente en cuatro semanas”, detalló Méndez.
El dirigente y productor ponderó que en estos momentos no hayan bloqueos de carreteras, pero la escasez de diésel, sobre todo en Santa Cruz, impide la llegada de los comercializadores de otros distritos como La Paz o Cochabamba. “Sus camiones, cuando vienen, deben cargar diésel en Santa Cruz para poder volver”, acotó.
Por su parte, el productor y director de la Federación de Productores de Leche de Santa Cruz (Fedeple), Mauricio Serrate, lamentó que la producción en su sector se haya ralentizado, principalmente en la provisión de forraje para el ganado. “Estamos al 50% de nuestra capacidad, haciendo todas las peripecias, como comprar diésel revendido, que también es difícil conseguir en mi zona, porque estoy a 10 kilómetros de una ‘zona caliente’, donde los narcos pagan 10, 15 bolivianos (por litro), como si nada”, manifestó Serrate.
Al mismo tiempo, lamentó que la falta de diésel también afecta el normal recorrido que hacen las cisternas recolectoras de leche de la empresa PIL Andina, que disminuyó su frecuencia diaria, a día por medio.
“Si yo no tengo la capacidad de almacenamiento en mi lechería, para almacenar dos o tres días, estoy frito (…) La leche, después de cuatro o cinco días, se desestabiliza y la PIL le hace el análisis y si ya no se puede descremar, ya no sirve ni para hacer queso. Eso pasó con muchos lecheros en el último bloqueo que hubo”, reveló Serrate.
Fuente: El Deber
Sección: Economía
Fecha: 11/03/2025