
Argentina: Ensayo de Inta combatiría achaparramiento del maíz
En el Centro Experimental del Inta Yuto, se llevan a cabo importantes ensayos para controlar el achaparramiento del maíz, una enfermedad que generó preocupación en todo el país. La investigación se centra en el estudio del patógeno Spiroplasma kunkelii, responsable principal de esta enfermedad, y busca fortalecer las defensas naturales de las plantas de maíz.
"Como todos sabemos esta enfermedad es producida por un complejo de este patógeno en el cual intervienen dos virus, un fitoplasma y un spiroplasma, dentro de ese complejo el spiroplasma el que más predomina dentro de los agentes causales. Entonces nos hemos concentrado específicamente en spiroplasma kunkelii que predomina entre los agentes causales", explicó al respecto Cecilia Díaz, licenciada en Biología y doctora en Agronomía de la Universidad de Tucumán, al referirse al proyecto.
El proyecto se divide en dos fases, estudios en campo en Orán, Salta, y ensayos en invernaderos del Inta en Yuto, donde se pueden controlar mejor las condiciones ambientales como temperatura, humedad y luminosidad.
Sostuvo que les interesó ver desde el lado de la fitopatología y además están estudiando un poco la respuesta del vector, pero más que nada se han enfocado en reforzar los mecanismos de defensa de la planta, porque recordó que una planta bien balanceada, bien nutrida y equilibrada en cuanto a nutrientes, ya no va a presentar situaciones de estrés.
"Trabajamos en fortalecer los mecanismos de defensa de la planta. Una planta bien balanceada y nutrida es menos propensa a sufrir estrés, ya sea biótico o abiótico," explicó Díaz.
Es que se entiende que cualquier problema al que se enfrenta la planta le genera estrés. "Entonces una enfermedad es un estrés biótico", dijo y aseguró que se busca trabajar apoyándola en mejorar todos sus mecanismos de defensa por lo que lo estimulan de manera externa bajo productos que están bajo registro.
"Lo que se pretende es ver a través de la acción de estos mecanismos de defensa, cómo la planta responde ante la invasión de estos patógenos en particular", dijo. Explicó que entonces, eso se puede visualizar mediante la respuesta de la planta y si se ve este los síntomas frenados o no a través de la sintomatología visual.
Para evaluar la respuesta de las plantas a los patógenos, se están utilizando técnicas avanzadas como la cuantificación por PCR y microscopía electrónica. Estas herramientas permiten observar la presencia del Spiroplasma kunkelii y medir su cantidad, ofreciendo una visión precisa del impacto de los tratamientos aplicados.
"La cantidad la vamos a ver con el PCR cuantitativo, estamos haciendo con la técnica que está desarrollando el Inta Yuto, que creo que van a ser los primeros en el país en tener el ajustado un protocolo para análisis cuantitativo del spiroplasma. Así que se ha logrado un gran avance con este proyecto y apostando a este Inta que viene trabajando muy bien en la parte de fitopatología", destacó Díaz y remarcó la labor del ingeniero Ceferino Flores de Inta Yuto.
"Creo que es un proyecto muy ambicioso, novedoso y creo que va a tener muy buenos resultados porque nuestra posición es más de mejorar la estructura, los mecanismos de defensa de la planta y un estado nutricional de la planta. Yo creo que el año pasado todo este problema explotó, no solo porque se dieron todas las condiciones ambientales, porque hubo más vuelos de Dalbulus maidis (chicharrita) sino porque veníamos de tres años de Niña, el cultivo entró muy estresado y donde los productores casi no han fertilizado", detalló la bióloga.
Explicó que se sumó la falta de fertilización adecuada debido a los altos costos. "La crisis de fertilizantes hizo que los productores no priorizaran la nutrición del maíz, lo que llevó a una situación caótica el año pasado," detalló Díaz. Sin embargo, las heladas recientes frenado la presencia de la chicharrita, lo que permitió que las plantas continúen su ciclo normal y alcancen una producción esperable.
El proyecto también incluye la evaluación del impacto del vector, la chicharrita Dalbulus maidis, que transmite el patógeno. "Esperamos que al mejorar las defensas de la planta, esta se vuelva menos atractiva para la chicharrita, reduciendo así la incidencia de la enfermedad," afirmó Díaz.
Finalmente, sostuvo que no pretende eliminar la planta ni el vector sino mejorar el estatus de la planta y que ésta muestre una fortaleza ante la presencia de esta enfermedad. Es decir que minimice la presión de síntomas y pueda cumplir su ciclo normal. Con las defensas mejoradas el patógeno ya no va a tener la facilidad de desplazarse.
Fuente: El Tribuno
Sección: Inta Yuto
Fuente de imagen: Internet
Fecha: 31/07/2024
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