China representa el 70% de las exportaciones de carne argentina y hay un proceso en marcha para permitir la exportación de menudencias a este mercado. Los detalles de las gestiones y su impacto económico, en una entrevista de AIRE Agro al presidente del IPCVA.
Las menudencias de la carne argentina –tripas, mondongo, mollejas, lengua, hígado, corazón, sesos y rabo, entre otros– son parte de un sector que, aunque consumido localmente, tiene un mercado de exportación aún por aprovechar. Se trata de China, un conocido gigante del mercado.
En diálogo con AIRE Agro, Georges Breitschmitt, presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), sostuvo que las menudencias no están tan arraigadas en el consumo local como el tradicional asado, pero sí tienen una gran demanda en otros países.
«Una vez que se faena el animal, todo lo que son las menudencias tienen un consumo que no está tan generalizado como el asado. Todo se come, pero en Argentina no estamos tan acostumbrados a comer esas cosas», explicó Breitschmitt.
Estas menudencias, de bajo consumo en Argentina, se destinan principalmente a países de Asia y África. A lo largo de los años, Rusia fue uno de los principales destinos, seguido por China, a través de Hong Kong, y algunos países africanos.
Oportunidades de exportación: Japón, Indonesia y China
En cuanto a los esfuerzos de expansión del mercado, Breitschmitt compartió detalles de la reciente gira que realizaron por Asia, visitando Indonesia, Japón y China, buscando abrir nuevos mercados para la carne argentina.
«Indonesia es para abrir el mercado, ya que la Argentina no está vendiendo actualmente carne a ese país. Japón es un mercado abierto parcialmente, porque solo se puede exportar de la barrera sanitaria para el sur, y hoy en día solo un frigorífico está habilitado», explicó.
De estos países, China es, sin duda, el destino más relevante. Actualmente, China representa el 70% de las exportaciones de carne argentina, y hay un proceso en marcha para permitir la exportación de menudencias a este mercado.
«Hoy se exporta a China carne con hueso y algo de pulpa, como el lomo, el peceto, bifes y otros cortes. Pero no podemos exportar menudencias porque, cada vez que se abre un mercado, hay un trabajo que se hace entre gobiernos y entes sanitarios, que es la homologación de protocolos sanitarios», detalló el presidente del IPCVA.
El proceso para la homologación y el impacto económico
El proceso de apertura de nuevos mercados, especialmente en lo que respecta a las menudencias, es largo y está condicionado por los protocolos sanitarios. En este momento, el trabajo está centrado en la homologación de los protocolos entre Senasa y la aduana china, un paso crucial para garantizar la seguridad en la importación.
«Estos organismos se tienen que poner de acuerdo en los protocolos para definir si importar menudencias de Argentina es seguro. Una vez que esté aprobado, se va a poder comenzar a exportar», dijo Breitschmitt, optimista sobre los avances.
Según explicó, abrir cualquier mercado lleva tiempo, y los procesos no solo involucran la calidad sanitaria del producto, sino también negociaciones políticas. La reciente gestión del gobierno argentino ha facilitado este proceso, especialmente con China, que valora la presencia de funcionarios de alto rango en las negociaciones.
«Esta gestión de Gobierno facilitó totalmente esto y en China valoran mucho que se viaje hasta allá y que haya viajado gente del Gobierno. Cuanto más alto es el cargo, más lo valoran», agregó.
Menudencias: un producto que beneficiaría a toda la cadena productiva
Breitschmitt también destacó el impacto económico que tendría la apertura de mercados para las menudencias argentinas, no solo para los exportadores, sino para toda la cadena de producción.
«Nos critican que, cuando viajamos al exterior, solo estamos beneficiando a los exportadores. Pero este tipo de acciones benefician a toda la cadena de punta a punta, y más con las menudencias porque su consumo dentro del país es inferior al consumo de carne. Entonces, todo eso se podría estar exportando a China, cuando a veces terminan en un incinerador o convirtiéndose en harina de carne o alimento para perros», explicó.
Este nuevo mercado para las menudencias podría beneficiar al productor, al consumo interno y, por supuesto, al exportador. El impacto económico sería amplio, ya que representaría una fuente adicional de ingresos para toda la cadena de producción de carne.
«El impacto va a ser económico en toda la cadena, porque va a beneficiar al productor, al consumo interno y al exportador», concluyó.
Fuente: Aire digital