El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) destaca el interés de empresas de Perú y Chile para acceder a otros mercados, reducir costos y potenciar su oferta conjunta de frutas y hortalizas a escala mundial.
Los números reflejan el vigor de estas dos potencias agroexportadoras. Durante el 2024, el Perú alcanzó exportaciones agrícolas por US$ 9.185 millones, mientras que Chile registró US$ 9.403 millones. Estas cifras revelan algo extraordinario, dos países vecinos que construyeron, cada uno con su estilo y fortalezas, ecosistemas agroexportadores de clase mundial que representan una oportunidad única de complementariedad estratégica en los mercados globales.
El reciente informe del Midagri sobre la evolución de las exportaciones agrícolas de Chile y Perú al 2024 no solo documenta el crecimiento sostenido de ambos sectores, sino que revela oportunidades extraordinarias para una colaboración estratégica que podría redefinir el panorama agroalimentario mundial.
El análisis técnico oficial trasciende la mera presentación de datos para identificar patrones de complementariedad que sugieren un futuro de cooperación más que de rivalidad.
Trayectorias
El documento traza con precisión las trayectorias de ambos países. Chile llega a este momento con décadas de experiencia en mercados internacionales, mostrando una tasa de crecimiento promedio anual del 6.1% en exportaciones agrícolas durante la última década.
Su sector agroexportador, forjado en la disciplina y la innovación tecnológica, convirtió al país en sinónimo de calidad y confiabilidad.
Las cerezas chilenas, que según el informe ahora representan el 37.2% de sus exportaciones agrícolas con un crecimiento de +50.6% en el 2024, no son solo una fruta más en los mercados asiáticos; son embajadoras de una tradición exportadora que ha sabido adaptarse y reinventarse.
Detalla cómo los productores chilenos enfrentaron las adversidades climáticas del 2023 –sequías prolongadas, incendios forestales y lluvias devastadoras– sin rendirse.
Migraron hacia el sur, diversificaron variedades y consolidaron su liderazgo mundial en cerezas, convirtiéndose en el primer exportador mundial de este fruto.
Por su parte, con una tasa de crecimiento promedio anual del 11% en exportaciones agrícolas, Perú demostró que la geografía privilegiada, combinada con inversión en tecnología e innovación, puede generar resultados extraordinarios.
Los arándanos peruanos, que según el Midagri pasaron de representar el 1% del total conjunto en el 2013 al 83% actual, con US$ 2.270 millones en el 2024, simbolizan la capacidad de transformación y la visión de largo plazo de un sector que supo apostar por la calidad desde el inicio.
Fortalezas
El Midagri no se limita a presentar cifras; revela patrones de complementariedad fascinantes. Chile perfeccionó el arte de la especialización inteligente.
Su dominio en cerezas no es casualidad; es el resultado de décadas de investigación varietal, perfeccionamiento de técnicas de cultivo y construcción de relaciones comerciales sólidas, especialmente con China.
Destaca cómo sus uvas, manzanas, kiwis y ciruelas no compiten solo por precio, sino también por una reputación construida temporada a temporada.
Mientras que el Perú, según documenta el análisis técnico, apostó por la diversificación estratégica y la ventaja de la contraestación.
Subraya cómo el país puede ofrecer arándanos, paltas y uvas durante gran parte del año, aprovechando su diversidad climática y geográfica.
La posibilidad de doble cosecha de uva en Piura, con variedades como Sugar Crisp y Arra 15, que el informe menciona como una práctica en expansión, no es solo una innovación técnica, sino además una revolución que podría cambiar las reglas del juego global.
En hortalizas, Midagri confirma la ventaja peruana innegable, el 83% del valor exportado conjunto corresponde a Perú, con productos como espárragos frescos, cebollas y ajos que han encontrado nichos específicos en mercados exigentes.
Esta especialización, lejos de ser amenaza para Chile, representa una oportunidad para complementar ofertas y ampliar mercados.
El análisis oficial proyecta escenarios donde, de mantenerse las tasas de crecimiento actuales, Perú superaría a Chile en exportaciones agrícolas totales este año. Sin embargo, las proyecciones revelan algo más profundo que una simple competencia: muestran calendarios productivos complementarios que podrían articularse estratégicamente.
Además, detalla cómo Chile, con su tradicional ventana de exportación entre noviembre y marzo, podría complementar perfectamente con Perú, que mantiene producción durante gran parte del año.
Esta complementariedad natural significa que, juntos, pueden ofrecer a los mercados mundiales un suministro más estable y diverso de frutas y hortalizas frescas. Para un importador en Estados Unidos, Europa o Asia, la posibilidad de tener un proveedor conjunto Perú-Chile no representaría solo mayor volumen, sino mayor predictibilidad, calidad constante y capacidad de respuesta ante contingencias climáticas o logísticas.
El Midagri reconoce que cuando el Fenómeno del Niño afectó la costa peruana en el 2023, la recuperación de Chile en el 2024 compensó parcialmente la oferta global.
Mercados globales
El Perú suscribió más de 20 tratados comerciales internacionales con cerca de 67 países, incluyendo Estados Unidos, China, Unión Europea y Japón. Esta red, junto con la sólida estructura comercial chilena, crea un marco de oportunidades extraordinario que el propio documento oficial reconoce.
Una estrategia conjunta podría aprovechar las mejores condiciones arancelarias de cada país en diferentes mercados, optimizando rutas comerciales y reduciendo costos logísticos.
‘En el mercado chino, donde Chile ya tiene una presencia consolidada especialmente en cerezas, Perú podría complementar la oferta con arándanos, paltas y uvas fuera de temporada chilena.
El informe sugiere que en los mercados de Estados Unidos y Europa, donde ambos países tienen presencia establecida, una estrategia coordinada podría ampliar el mercado total en lugar de disputarse las mismas porciones. La experiencia de Chile en mercados asiáticos podría acelerar la penetración de productos peruanos en esas latitudes, mientras que la diversidad de productos peruanos podría abrir nuevos nichos para especialidades chilenas.
Iniciativa integradora
Uno de los aspectos más reveladores del informe es su reconocimiento explícito de que “hay sumo interés de empresas peruanas y chilenas de ir juntas a terceros mercados, con una alianza estratégica”.
El documento oficial identifica beneficios claros, reducir costos de comercialización, asumir conjuntamente los costos de promoción y difusión, y disponer de una mayor y extensa oferta exportable durante la estacionalidad de la producción de cada país. Esta visión oficial trasciende la aparente rivalidad y reconoce la oportunidad de “consolidar la presencia de las exportaciones peruano-chilenas como las más importantes proveedoras de frutas y hortalizas del mundo”.
El Midagri no observa competencia destructiva, sino complementariedad estratégica. Ambos países enfrentan desafíos climáticos similares que requieren respuestas coordinadas. El impacto del Fenómeno del Niño en Perú y las sequías en Chile demuestran la vulnerabilidad compartida ante el cambio climático.
Una alianza estratégica podría generar economías de escala en investigación sobre sostenibilidad, desarrollo de tecnologías de riego más eficientes, y creación de estándares comunes.
Los protocolos conjuntos de certificación, las inversiones compartidas en tecnología limpia, y el desarrollo de marcas regionales sustentables podrían convertirse en ventajas competitivas decisivas frente a otras regiones productoras.
Complementariedad
El Midagri proyecta que para el 2027, Perú habría superado a Chile en exportaciones de frutas, con US$ 11.064 millones versus US$ 10.109 millones chilenos. Sin embargo, estas cifras no deberían interpretarse como victoria de uno sobre otro, sino como evidencia del potencial conjunto.
Cuando el informe proyecta un mercado combinado de más de US$ 21.000 millones para el 2027, está señalando una gran oportunidad.
La clave está en institucionalizar la complementariedad que ya reconocen las empresas de ambos países: marcos regulatorios que faciliten inversiones cruzadas, protocolos fitosanitarios armonizados, sistemas de información compartida y instancias de coordinación sectorial.
El documento no solo presenta datos, ofrece una hoja de ruta hacia la colaboración. Los mercados globales están cambiando, la pandemia enseñó la importancia de cadenas de suministro resilientes, y el cambio climático exige adaptación constante.
En este contexto, la alianza estratégica Perú-Chile no es solo una oportunidad identificada por el análisis oficial, sino además una necesidad para mantener la competitividad global.
Sugiere que juntos podrían consolidarse como la región agroexportadora más importante del hemisferio sur, no por el tamaño individual de sus mercados, sino por la inteligencia de su complementariedad.
La diversidad de productos, la estacionalidad cruzada, la experiencia acumulada y las redes comerciales establecidas crean una plataforma única.
Innovación
El Midagri revela patrones de innovación en ambos países que sugieren enormes posibilidades de colaboración. Chile aporta décadas de experiencia en mejoramiento genético, especialmente en variedades tradicionales como uvas y manzanas.
Resalta el exitoso recambio varietal chileno y la implementación del protocolo Systems Approach para exportaciones sin fumigación hacia Estados Unidos.
Perú contribuye con su experiencia reciente pero intensiva en cultivos emergentes como arándanos y en técnicas de producción en condiciones climáticas diversas.
3.9% es el crecimiento promedio anual de las exportaciones de hortalizas del Perú, mientras que las de Chile llega a 1.5%.
Fuente: AgrariaPe