¿Qué es el Estrecho de Ormuz? el punto clave del petróleo mundial que amenaza con impactar a Bolivia

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Mientras los bombardeos entre Irán e Israel reavivan el temor a una guerra regional, el mundo vuelve a mirar con atención un punto estratégico para la energía global: el Estrecho de Ormuz. Aunque lejano geográficamente, este angosto paso marítimo entre Irán y Omán tiene una importancia directa para países como Bolivia, que importan casi todo el combustible que consumen.

¿Qué es el Estrecho de Ormuz?

El Estrecho de Ormuz es una franja de agua de unos 50 kilómetros de ancho que conecta el Golfo Pérsico con el Golfo de Omán y el océano Índico. Por esta ruta pasa aproximadamente el 20% del petróleo mundial, transportado en buques tanque desde países como Arabia Saudita, Irak, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos e Irán, algunos de los mayores exportadores del planeta.

En promedio, más de 17 millones de barriles de petróleo al día cruzan este corredor estratégico. Por eso, cualquier amenaza o cierre temporal en esta zona puede tener un efecto inmediato sobre el precio internacional del crudo.

¿Por qué es tan importante?

El estrecho no tiene una alternativa real para el transporte de petróleo desde el Golfo Pérsico. Si Irán decidiera cerrarlo —como ya ha amenazado en anteriores crisis— o si el conflicto bélico daña la infraestructura de navegación, el mundo enfrentaría un shock energético. De hecho, las cotizaciones del petróleo reaccionaron con fuerza tras el inicio de los bombardeos de Israel: el Brent subió hasta los 81 dólares, su nivel más alto en seis meses, y el WTI alcanzó los 77 dólares.

¿Y cómo afecta esto a Bolivia?

Aunque no recibe petróleo directamente desde Medio Oriente, Bolivia importa más del 70% de los combustibles líquidos que consume, principalmente desde países vecinos o vía puertos chilenos y paraguayos. Sin embargo, esos combustibles —diésel, gasolina y GLP— se compran a precio internacional, el cual se ve directamente influenciado por lo que ocurra en zonas clave como Ormuz.

La tensión geopolítica en Medio Oriente se refleja en el alza del precio internacional del crudo. Si el conflicto escala, Bolivia pagará más por importar combustibles, y eso presiona aún más la ya frágil estructura de subvención que mantiene el Gobierno”, explicó el analista energético Álvaro Ríos, aun medio de TV.

El país atraviesa ya una crisis de abastecimiento en regiones como Potosí, donde transportistas duermen en filas por falta de gasolina. Si el precio internacional sigue subiendo y la logística internacional se complica, la situación podría extenderse a otras regiones y agravarse.

¿Qué puede pasar ahora?

Todo dependerá de si el conflicto escala y de si Irán cumple sus amenazas de bloquear o interferir el paso por Ormuz. Aunque potencias como Estados Unidos y la Unión Europea monitorean de cerca la situación, la incertidumbre reina en los mercados. Para Bolivia, esto se traduce en más presiones fiscales, riesgos de desabastecimiento y una mayor urgencia por encontrar soluciones energéticas internas.

En otras palabras: lo que ocurre a miles de kilómetros, en un angosto paso entre Asia y el Medio Oriente, puede sentirse con fuerza en los surtidores de Oruro, Tarija o El Alto.

FUENTE: EL DEBER

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