El viceministro Jorge Silva acusó a los mayoristas de subir artificialmente los precios de productos básicos, aprovechando los bloqueos de caminos, y denunció que el Ministerio Público no actúa pese a las pruebas presentadas.
El viceministro de Defensa de los Derechos del Usuario y Consumidor, Jorge Silva, denunció este domingo que mayoristas de alimentos están especulando con los precios de productos básicos como pollo, aceite y huevo, aprovechando los bloqueos de caminos y la falta de control municipal.
Afirmó que estas prácticas constituyen delitos y cuestionó la inacción del Ministerio Público, que no ha procesado ni sancionado a los responsables, pese a las denuncias y evidencias presentadas por su despacho.
Silva aseguró que, a pesar de los esfuerzos del Gobierno para garantizar la provisión de productos mediante puentes aéreos y rutas alternas, los mayoristas siguen elevando injustificadamente los precios.
Puso como ejemplo el kilo de pollo, que debería costar 24,50 bolivianos —incluso considerando el transporte aéreo— pero se vende en mercados mayoristas hasta en 31 bolivianos.
“Los especuladores se escudan en los bloqueos, pero lo que están haciendo es robarle a la gente. Mientras una empresa formal como Sofía vende el kilo de pollo a 24,50 bolivianos con factura y logística, en los mercados se lo comercializa a 31 bolivianos o más, sin ningún control ni respaldo”, dijo.
El viceministro también denunció agresiones contra funcionarios de su despacho cuando intentan realizar controles, atribuyendo estos ataques a personas contratadas por los propios comerciantes. “No quieren control, quieren seguir lucrando con la necesidad del pueblo», dijo.
Durante uno de los operativos de control en mercados mayoristas de La Paz, Silva fue abucheado y agredido por grupos de comerciantes que, según dijo, fueron contratados por los mismos mayoristas para impedir la verificación de precios. “Nos lanzaron piedras, nos golpearon, no quieren ningún tipo de fiscalización porque eso impide que sigan robándole al pueblo”, relató la autoridad.
Fuente: EL DEBER